LA OTRA, NO ES BIENVENIDA
Una vez más, nuestro infinito agradecimiento a los fieles lectores por continuar con nosotros. Hoy les presento otra historia más de infidelidad, una de esas que terminan destruyendo familias y marcándolas para siempre con el sello de la eterna desconfianza. El siguiente relato fue protagonizado por esta humilde servidora en el año de 1994 en la ciudad de Santa Ana California, cuando adquirí mi primer trabajo como niñera, en casa de un viudo llamado Juan Carlos del Rio, y sus tres hijos, una niña de 15, y dos niños de 12 y 5 años de edad. Todo parecía color de rosa, a medida que el tiempo transcurría, me enamoraba mas de mi trabajo, pues no tenía a nadie dándome ordenes, el viudo tenía demasiadas atenciones para mí. Pensé que eso era normal en EE.UU. Como dije antes, era mi primera vez, no tenía idea del trato que les daban a las empleadas domésticas en dicho país.
Posteriormente Magalí mi compatriota y huésped en la casa del viudo, hizo muy buena amistad conmigo, y me preguntó, si estaba satisfecha con mi trabajo, le respondí que si, de inmediato me comunicó que lamentablemente para mí, eso sería por poco tiempo, debido a que Juan Carlos tenía una amante muy posesiva, que no le permitía contratar niñeras jóvenes, y menos, si eran un poco, atractivas, como yo lo era en aquél entonces. Realmente me preocupé, pero también me preparé para enfrentar todo tipo de situación que se presentase en momentos inesperados. |
Como dice el dicho, guerra avisada no mata soldado. Ese mismo día a solo minutos de haber recibido la advertencia de Magalí, reaparece Juliana la amante frustrada, dispuesta ha interrogarme, pero se llevó tremenda sorpresa cuando le respondí, que ya yo estaba aprobada por el señor de la casa, por lo mismo no estaba obligada a contestar ninguna de sus preguntas.
Esto la enfureció aún mas, pues ella ya lo estaba, porque desde mi llegada, Juan Carlos su novio y padre de su única hija de 18 meses de edad, no volvió a invitarla los fines de semana como acostumbraba. Esperó pacientemente el regreso de Juanca como lo llamaba, para reclamarle el porqué de su ausencia, él, le presentó varias excusas, y para calmar su furia la invitó ha comer en uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad, en compañía de sus hijos.
Al regresar, ella se dirigió hacia mí, para informarme que se quedaría una larga temporada. Le respondí que no había razón alguna por la cual me notificase su decisión, pues yo solo era la niñera, y nada más. A partir de esa noche, la vida en ese hogar, ya no era color de rosa, pues lo había invadido la amante horrorosa fastidiosa, y celosa. Cuando digo horrorosa, me refiero a su rostro, era feo, no al extremo, pero agregando su mala conducta, se convertía en el de una perfecta bruja.
El tiempo transcurrió, la presencia de la brujita en nada me afectó, yo continuaba cumpliendo con mi responsabilidad al pie de la letra, cuidar los niños, eso sí, ella trató de aumentarme el trabajo dejando su pequeña ha mi cuidado, inmediatamente su novio le hizo ver, que yo era la niñera de sus hijos legítimos, y si ella requería mis servicios, debía primero preguntarme, y en caso de yo aceptar, también debía llegar a un acuerdo conmigo, en lo que al salario se refiere. Después de esto, su repudio hacia mí, aumentaba, no obstante respetó las reglas impuestas por Juan Carlos.
Efectivamente, tal como Magalí lo había pronosticado, mis días de satisfacción estaban contados. Pero la peor parte le tocó ha Juliana. Ella si sufrió, y en cantidad. Su amante había dejado de amarla, ya nada era como antes, se había convertido en un estorbo, y más aún cuando él puso sus ojos en mí. A diario lloraba amargamente por la rabia que sentía, al no poder despedirme, también cuando le suplicaba a su novio la convirtiese en su esposa.
Sentí pena por ella al presenciar la forma, en la que constantemente fue humillada por la familia. Todos la veían como al ser más despreciable, debido a que ella fue la intrusa que aceleró el fallecimiento de Naylea esposa de Juan Carlos y madre de sus tres hijos, quien era víctima de cáncer. Varias veces escuché a su novio decirle lo siguiente: jamás me casaré contigo, ni yo te amo, ni mi familia te acepta, y menos la de mi esposa, entiéndelo. La única razón por la que tolero tus visitas, es por esta niña, que ni estoy seguro de ser su padre. Aquella joven derramaba una lluvia de lágrimas, causadas por el inmenso dolor de sentirse repudiada, y sin poder evitarlo. Moría de celos y envidia al ver que yo tenía un novio guapo e incluso dos años más joven que yo. Y peor aún, cuando el rostro de Juan Carlos cambiaba de color reflejando los incontenibles celos que le provocaba, la sola presencia, de Mario Girón, el hombre, que en ese entonces, había robado mi corazón.
A mi regreso, encontraba varios objetos quebrados, y señales que indicaban, la familia del Rio había vivido un pésimo fin de semana. Lo que para mí era un agradable descanso, para ellos era, un verdadero calvario. En esta historia, yo no sufrí ni perdí, todo lo contrario, pocas veces me había sentido tan elogiada. De aquél viudo solitario, recibí las mejores atenciones, y les confieso, yo, jamás imaginé sus verdaderas intenciones. Recuerdo que en varias ocasiones, Luselva su cuñada, me suplicó, lo conquistase para que por fin abandonase para siempre a la intrusa. Y yo le contestaba que eso era imposible, pues en primer lugar, yo estaba enamorada de alguien más, y en segundo, quizá yo, no era el tipo de mujer que le agradase por completo a Juan Carlos. En vista de los acontecimientos, decidí marcharme, incluso sin previo aviso, tuve el presentimiento que mi presencia en ese hogar, era una de las principales causas de tanto conflicto. Un año después me enteré, por medio de Magalí que el viudo le confesó, haberse enamorado a primera vista de mí, y por eso, buscaba la forma más rápida de evadir a su amante conflictiva.
Por mi parte, yo fui educada a la antigua, mi madre siempre me advirtió, nunca hacer daño a nadie, para que no me lo hagan, también me decía: quien mal comienza, mal termina. Como pueden observar desde el inicio, el relato indica: que los hechos ocurrieron en el año 1994, pero hoy, veinte años después , decidí compartirlos, con un solo fin, ayudar a quienes tienen, o estén considerando tener relaciones clandestinas, véanse en este espejo. La mayor parte de los familiares jamás aceptan intrusos, por lo mismo, debemos tomar precauciones. Cuando una relación no funciona, lo más sano es dialogar y terminar en buenos términos, dejar transcurrir el tiempo, disfrutar al máximo la libertad y pedir al todo poderoso nos envíe la pareja ideal, para terminar en buena compañía, el resto de nuestra vida. Y les garantizo: en su núcleo familiar, será muy bien recibida, en cambio, LA OTRA, NO ES BIENVENIDA.
Como siempre, un cordial y muy sincero saludo para todos mis fieles lectores, y recuerden: en Historias Reales, ustedes, son los protagonistas. Continúen enviando sus comentarios a: www.elsuperior.com o, en mi correo personal: angelicamata2000@hotmail.com